Imagine una combinación de la belleza Toscana, sus viñedos, el encanto de un pequeño pueblo pesquero, villas de lujo y casas de verano que desciendan en cascada de los acantilados y colinas directamente al mar, y la costa, junto a la cual el agua cambie suavemente sus tonos de aguamarina a esmeralda y luego pase a azul brillante. Es una imagen bastante bonita, ¿verdad?

Este lugar realmente existe, y está a dos pasos de la ciudad de Korchula en la isla del mismo nombre. La aldea al que le invitamos durante la visita de la isla se llama Lumbarda.

Disfrutará seguramente de la vida y la belleza de este lugar, que conserva su encanto durante todo el año. Por supuesto, en invierno, la isla está rodeada de los vientos fuertes y fríos, el clima lluvioso, y aquí se sentirán bien los introvertidos y las personas de arte que necesitan un poco de silencio y aislamiento para la inspiración. Sin embargo, en el verano, la vida aquí brilla entre la vegetación, el vino, los festivales de comida local, el sol y la felicidad. Todo esto es una larga fiesta de la vida.

Lumbarda es situada en las afueras del este de la isla, donde viven cerca mil personas. Entre los locales se pueden encontrar los vinicultores, los albañiles, los agricultores, los pescadores, los propietarios de pequeños restaurantes y las casas de huéspedes.

Una vez en este pueblo había una tradición de la construcción naval. Los maestros de Lumbarda eran conocidos lejos fuera Korchula por la cualidad excelente de su trabajo. Hoy la tradición no está tan desarrollada, porque han aparecido las tecnologías modernas, a que dan preferencia los clientes. Pero a los que trabajaban en la ciudad, pusieron el monumento al mar en agradecimiento por el trabajo y por la calidad.

Lumbarda se extiende territorialmente alrededor de una bahía pequeña y se esconde de los vientos fuertes. La parte del pueblo también se encuentra en las colinas cercanas. Frente a Lumbarda se encuentra la península de Pelesach (Pelješac) de Croacia continental y el archipiélago de las pequeñas islas hermosas, adonde viajan en verano los aficionados a las canoas y los paddleboards para explorar la región y disfrutar de las vistas.

La tierra fértil glorificó a Lumbarda entre los aficionados al vino. Aquí no encontrará usted a los turistas que buscan alguna belleza arquitectónica. Pero verá usted a los que estén en la búsqueda de bodegas. Los locales que trabajan en la industria del vino invitan a sus "fábricas" antiguas a degustar los blancos vinos deliciosos junto con las especialidades de la cocina de la Dalmacia del sur.

Otro entretenimiento para los viajeros- (sin embargo, es un poco fuera del pueblo)- es una playa de arena bonita y tranquila, que es bastante raro en Croacia. La playa más larga se llama Przina (Vela Przina). Pida a la tripulación del yate que es alquilado que le lleve a usted allí, si de repente quiere usted sentir la arena debajo de los pies o construir un par de tres castillos (como lo hicimos cuando éramos niños).

En cuanto al vino, la bebida local de los Dioses se hace de la uva de la clase grk, que en la traducción del croata significa " amargo”. Muchos que han probado este vino están de acuerdo en que el sabor es inusual y agradable. Ya hemos escrito sobre este vino en una revisión de la isla y la ciudad de Korchula.

Los agricultores de Lumbarda también cultivan las aceitunas, los higos y varias verduras. Usted mismo puede caminar y asegurarse de esto, o alquilar una bicicleta para ahorrar el tiempo.

En una colina en la parte vieja de Lumbarda, la iglesia de San Roca (Crkva Sv. Rok) se eleva sobre las casas. Es válida y bastante atractiva desde el punto de vista de la arquitectura. Pase a su lado y vea cómo y qué viven los locales. Lo más probable es que no se quede mucho tiempo aquí, a menos que, por supuesto, decida ir a una cata de vinos y para el almuerzo o la cena en la bodega. En el pueblo no hay una gran selección de restaurantes y cafeterías. Por supuesto, hay konobas y tabernas locales, donde se puede degustar los platos tradicionales con una copa de vino del grk blanco, la bebida más famosa del pueblo. Aquí puede tomar un delicioso helado.

Hablando de comida. En verano, los aldeanos organizan los festivales de pescado cada semana. Tienen lugar los viernes. En una de las plazas del pueblo la gente fríe el pescado, los calamares, los camarones al aire libre, y agasaja a los que, al oler la comida sabrosa, se han acercado y se han puesto en cola por la golosina. Así que tenga en cuenta.

Por lo tanto, ahora usted sabe lo rico que es la isla, y donde se puede descansar en silencio, disfrutar de un ritmo relajado de la vida de los locales y disfrutar de una comida deliciosa.