La isla de Gemiler es un lugar fantástico. Es necesario visitarlo si viaja usted en yate en esta zona.

Gemiler es un verdadero tesoro para los aficionados a la historia y la arqueología. La mayor parte de las laderas de la isla cubren los bosques y las ruinas de Bizantina, y en las costas de la isla se encuentra “el estacionamiento de los barcos piratas", que se han ido bajo el agua.

Lo mejor es ir de excursión por la isla de Gemiler por la tarde. En este momento es mucho más fresco. Le espera a usted un paseo a través del barrio de la antigua ciudad a la iglesia más grande de la isla. Se cree que aquí fue enterrado San Nicolás. Su tumba estaba en la iglesia hasta que los bizantinos fueron forzados a huir de la isla por las incursiones constantes de los árabes. Los residentes de la ciudad se llevaron la tumba cuando escaparon.

Una vez que se encuentre en esta iglesia, camine un poco más arriba y vea los pisos de mosaico en el templo.

Si decide caminar más lejos, siéntese en algún lugar para absorber la vista del sol que brilla en tonos rojos sobre el mar, enmarcado por las montañas y colinas durante la puesta del sol. Este espectáculo da realmente las sensaciones inolvidables.

El estudio de la isla no termina con esto. Entre otras ruinas impresionantes encontrará usted las casas, los enterramientos, las tumbas, las cisternas, cuatro templos. Entre esta iglesia y otra que se encuentra en la parte Oriental de la isla, hay un sendero ceremonial. Es una de las estructuras más interesantes de toda la isla. Sígala cuánto tiene tiempo y esfuerzo.

El mar alrededor de la isla guarda un montón de diversión para los aficionados a nadar con la máscara y los tubos (el esnórquel). Durante siglos, los terremotos han provocado la retirada de los asentamientos bajo el agua.

Si nos detenemos y fantaseamos, podemos imaginar cómo los peregrinos cristianos lleguen aquí en barcos de madera construidos en estilo bizantino para descansar, reponer las reservas y dar respeto al Santo Patrón de los marineros, y luego ir al camino a la tierra Santa. ¿Cuánto tiempo ha pasado?